Lectura:
Miércoles 30 de junio de 2015
Horacio
Encinas
Las lecturas
son de:
-
Farah, I. y Sanchez, C. (2008). Desafíos de una nueva agenda de género.
(p. 89). Perfil de género Bolivia. La Paz, Bolivia: CIDES – UMSA
-
Novillo, M. (2011). Paso a paso. Así lo hicimos. Avances y desafíos en la participación
política de las mujeres. La Paz, Bolivia: Coordinadora de la Mujer – IDEA
Institute for Democracy and Electoral Assistance..
Introducción.-
Desafíos de una nueva
agende de género, tanto Farah y Novillo:
El primer texto habla del
“chahca – warmi” y la complementariedad entre varón y mujer, y Novillo sobre la
realidad boliviana y los procesos que se han experimentado los espacios de
decisión formal y no formal para la mujer.
Desarrollo.-
Una mayor equidad e
igualdad, Bolivia vive hoy una reconstrucción intercultural de sus
instituciones principalmente estales y publicas, definición de nuevos criterios
para una justicia distributiva tanto en promoción de lo productivo y
participativo y la armonización del debate entre derechos colectivos e
individuales en la legislación y administración de justicia.
En los últimos años, en la
perspectiva de la “reconstitución intercultural de las instituciones” y la
propuesta de construcción de un estado pluri o multicultural. Recuperar ciertas
nociones comunitaristas y trans – individualistas una de esas es la correlación
del “Chacha – warmi”. Este es un eje central para entender la complementariedad
hombre/mujer como modelo para tratar la inequidad de género y ser más bien una
armonía y equilibrio.
La reorganización del
mundo familiar a causa de los procesos de feminización laboral, cambiando las
estructuras de los roles de mujeres y hombres situando a esta nueva forma
masiva como proveedoras materiales de recurso productivos y contenedoras esto
en el mundo urbano donde la mujer participa mas en dominios informales y en lo
rural con menor medida.
La tarea de desarticular
de las bases de dos modelos de dominio profundamente arraigado pero cuestionado
la distribución de poder, recursos y beneficios de desarrollo.
Conclusiones.-
Si bien hay avances en la
complementariedad de ambos hombre/mujer en una sociedad tradicional, se abren,
canales que reconocen la participación femenina como el marco normativo y
jurídico de reconocimiento de derechos en una sociedad con base patriarcal. Sin
embargo si bien se abren canales en lo formal, sin embargo en lo real aún hay
ciertas trabas para la mujer como cuando hay la responsabilidad de asumir las
responsabilidades productivas donde hay resistencia es en espacio de
participación social y política o de representación familiar (esto se vive más
en el área rural).
Se trata de modelos de
desarrollo, los
que
existen en su interior. Esto no sólo subsanaría
el
grado de explotación al que han llegado las mujeres,
especialmente
indígenas, en los marcos de la
“feminización”
de la desigualdad y su adscripción a
esquemas
laborales precarizados, sino que también
lo
haría en aras de los valores del reconocimiento y
la
diferencia multicultural.
En
esta dirección, la educación es un vehículo
fundamental
para conseguir este logro, estando
claro
que se han dado pasos iniciales en esa perspectiva
en
los últimos años, con la introducción
del
principio de equidad entre hombres y mujeres
en
el espacio y debate público y bajo el impulso de
políticas
de equidad, y remontando los problemas
existentes
en el sistema educativo. Del mismo modo,
la
función educativa debe extenderse hacia los medios
de
comunicación que, hasta el presente, no han
dejado
de emitir mensajes, imágenes y símbolos
atados
a las identidades subordinadas y maternas
de
las mujeres, y la naturalización de la violencia
basada
en la subordinación.
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